Raquel León Lamela | Adolescencia, los cambios que vienen
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psicología para adolescencia

Adolescencia, los cambios que vienen

La adolescencia es una etapa llena de cambios y retos, pero también de oportunidades. Nuestros niños y niñas dejan atrás la infancia para adentrarse en una etapa en la que los cambios físicos y psicológicos son los grandes protagonistas. El crecimiento se acelera, se producen importantes cambios físicos y psicológicos y nuestros pequeños reclaman su espacio y su independencia, a veces a gritos y a veces en silencio, pero sin vuelta atrás.

Se trata de un período clave en la formación de nuestros jóvenes y es en este momento cuando despierta la sexualidad. Todos los cambios que viven los adolescentes provocan ansiedad y preocupación en las familias, por lo que resulta fundamental acompañar durante este proceso y trabajar activamente para convertir el hogar en un espacio de confianza y apoyo.

A nivel psicológico la adolescencia es todo un reto. Los cambios que experimentan los jóvenes, a nivel físico, psicológico y emocional, ocurren de forma muy rápida, lo que supone toda una montaña rusa de sentimientos y emociones que no siempre se gestionan de manera correcta. Los adolescentes se sienten incomprendidos muchas veces, pero también las familias tienen esta misma sensación. Ante cualquier duda es conveniente consultar a un profesional de la psicología que nos aconseje y nos guíe en este complejo proceso de maduración hacia la vida adulta.

Para conocer un poco más de la adolescencia compartimos las principales características de cada etapa:

  • Adolescencia temprana (10-13 años)

Comienzan los cambios físicos, con el crecimiento más acelerado y el desarrollo de las hormonas sexuales. Al mismo tiempo los adolescentes reclaman más intimidad e independencia con respecto a la familia.

  • Adolescencia media (14-16 años)

Continúan los cambios físicos y psicológicos, al tiempo que comienzan a explorar las relaciones románticas y la sexualidad. Es el momento en el que se suelen intensificar los enfrentamientos entre el adolescente y su familia, en un intento de forjar su personalidad al margen de su entorno y buscar la aceptación de sus iguales.

  • Adolescencia tardía (17-21 años)

El desarrollo físico llega a su fin y el proceso de maduración del cerebro se completa. Son adultos jóvenes, más similares a un adulto completo que a un adolescente. Se centran en su futuro y son más conscientes de sus decisiones y de sus necesidades.

¿Es la adolescencia una etapa dura?

Si. Como cualquier otra etapa de cambios continuados es complicado adaptarse y reconocerse en este proceso. Aún así, no debemos olvidar su riqueza y todas las posibilidades que nos brinda para aprender y para desarrollar fortalezas claves para nuestro futuro. Enfoquemos con valor esta etapa, sin olvidar que nosotros también hemos sido adolescentes.

¿Cómo puede afrontar la familia la adolescencia?

  • El diálogo es el pilar fundamental sobre el que se sustentan las relaciones y en el caso de las familias es clave. La comunicación con los hijos e hijas, compartiendo y explicando todo lo que conocemos de la adolescencia puede ayudar a sobrellevar esta etapa, con información objetiva y concreta sobre lo que vamos a experimentar.
  • Hablar abiertamente de temas de interés, como son la identidad de género, la sexualidad, las drogas, las citas, las enfermedades, los amigos, las fiestas… ofrecer información es valioso para nuestros adolescentes, para que no sientan que existen temas tabús sobre los que hay que informarse fuera de casa.
  • Siempre en positivo. Es cierto que en esta etapa las confrontaciones son habituales y es necesario establecer límites y llamadas de atención, pero intentemos hacerlo desde la calma. No gana el que grita más. Todas las partes ganan cuando nos sentamos a hablar y a negociar. Además, también habrá actitudes positivas, dignas de elogio, hagámoslo, ya que contribuiremos a mejorar su autoestima.

 

No existe ninguna fórmula mágica para sobrevivir a la adolescencia, pero si cientos de oportunidades para aprender cada día e ir descubriendo al adulto en el que se convertirán nuestros hijos e hijas. Ante la duda: acude a un profesional para compartir inquietudes y pedir ayuda. Los psicólogos están para hacernos más fácil esta etapa y convertirla en un periodo de crecimiento familiar.